Bianca no se considera la más guapa del
instituto, pero sí demasiado lista para dejarse engañar por el atractivo y mujeriego Wesley Rush. Por eso, cuando Wesley llama Duff -apodo que utilizaba para referirse a la chica menos agraciada de un grupo de amigas-, lo último que ella espera es acabar besándose con él.
Pero ha pasado y, aunque lo odia con todas sus fuerzas, el beso le gusta. Y sin apenas saber cómo, empiezan una relación secreta de amigos (o enemigos) con derecho a roce.
Poco a poco, Bianca descubrirá que tienen algo en común: ambos esconden un problema familiar. Resulta, además, que él la comprende y la escucha. De pronto se da cuenta, con horror, de que tal vez haya algo más que sexo entre ellos.
Esta novela juvenil nos narra la vida de Bianca durante su último año de instituto, algo bastante tópico en este estilo de novelas. Pero lo que hace un poco distinta esta historia es un pequeño-gran- detalle que rodea la relación de Bianca con Wesley, esa relación de folloenemigo me encantó. Normalmente la protagonista se enamora del buenorro/malote del curso y este le trata fatal, etc... la historia que se suele repetir bastantes veces. Pero en esta ocasión es la protagonista la que utiliza al chico para olvidarse de todos sus problemas. Sinceramente una medida un poco alocada pero con bueno resultados.
En otras novelas como A dos centímetro de ti, señalé la peligrosa moda de matar o eliminar a unos de los personajes paternos. Pues la autora, Kody Kepplinger, casi cae en ese tópico, no elimina a un personaje paterno pero si que lo ausenta durante casi toda la novela, aun así me encanta la forma tan brusca con la que hace acto de presencia.
Una cosa a señalar de este libro es que el número de personajes son los justos para tener un abanico de diferentes personalidades pero tampoco hay tantos como para que no se profundice en ninguno de ellos. Gracias a esto las amigas de Bianca, Jessica y Casey, tienen una evolución dentro de la historia y conocemos su pasado.
Sin duda alguna uno de mis personajes favoritos de la novela es el padre de Bianca. Sobre él se ciernen casi todas las preocupaciones de Bianca, y con razón, aunque al final demuestra ser un hombre fuerte, capaz de afrontar todo lo que se le venga por delante. Esa determinación y la debilidad que muestra en numerosas ocasiones hace que sea uno de los personajes más "humanos" que he leído últimamente. Por otro lado, el personaje que se lleva el premio es Bianca. Es un personaje con mucho temperamento y la cabeza bastante fría en algunos aspectos como el amor. El libro al estar escrito en primera persona nos muestra una chica madura, inteligente, pero que no deja de ser una adolescente con sus problemas con chicos y amistades peligrosas. Una de las cosas que más me gustó de este personaje fue su capacidad de reacción ante diversos problemas, emitiendo la reacción de saltar sobre Wesley. Intenta llevar todos los problemas de su casa con la mayor discreción posible, respetando la vida social de su padre. Lo último que me convenció de que Bianca valía mucho fue como logra dejar a un lado el adjetivo de duff, que es el nombre que se le da a la persona más fea, en comparación, en un grupo de amigos. Durante toda la novela esa palabra le persigue y muchas veces las decisiones que toma se deben a la presión de esa palabra, pero Bianca deja claro que el ser la duff de sus amigas no la va a detener en lo que se proponga.
Esta es otra novela perfecta para un día que no quieras pensar y que solo te apetezca desconectar de todo un rato. Es bastante ligera y la autora utiliza un lenguaje muy de calle, donde incluye algún que otro insulto.
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